Fue el sueño de Equipo Humano desde el principio. La tierra prometida del talento. Ese mito extraño del que muchos hablaban, pero en el cual pocos creían. La lejana visión que relataban en susurros los marineros más viejos y los aventureros más intrépidos. Durante 15 años, navegamos por los océanos en busca de Talentopía, la isla mítica del talento, hasta que al fin logramos encontrarla.
Surcábamos el Océano Azul de la Innovación, inventando nuestro propio rumbo y siguiendo las pistas que nos daban nuestra intuición y nuestra experiencia.
Surcábamos el Océano Azul de la Innovación, inventando nuestro propio rumbo y siguiendo las pistas que nos daban nuestra intuición y nuestra experiencia. La silueta de la isla se perfiló en el horizonte y entonces supimos que habíamos dado con ella. Nos sentíamos exultantes. Era como si todo lo que habíamos hecho hasta entonces cobrara sentido en aquel momento y aquel lugar. Así lo pensamos cuando pusimos un pie en las arenas de la Bahía de la Atracción.
Llegados a este punto, hacía tiempo que habíamos dejado atrás nuestro equipaje. No más prejuicios, ni dogmas, ni ideas preconcebidas. Abiertos de mente, ligeros y con lo puesto, atravesamos la Cordillera del Desarrollo y ascendimos el exigente Pico Excelencia, donde las técnicas más sorprendentes del desarrollo de personas nos fueron reveladas. Sólo así pudimos alcanzar la sagrada Talentópolis, en el lado occidental de la isla, un auténtico crisol de culturas que compartían en armonía su devoción por el talento. Conocimos gente, visitamos templos, intercambiamos conocimientos con los nativos. Desde allí, el rápido Talent Exprés nos condujo hasta el Faro del Employer Branding y después al Observatorio del Talento y al Valle Valoración, en la parte más septentrional de la isla.
En nuestro viaje supimos que otros muchos habían fracasado, alcanzando por error la traicionera isla vecina de las Talentípodas. Algunos habían desaparecido sin rastro en el Triángulo del Talento Perdido. Otros, habían naufragado en la Costa Desmotivación. Los desafortunados náufragos supervivientes tuvieron que hacer frente a las ardientes arenas del Desierto del Conformismo, a las destructivas erupciones del Volcán de las Decisiones Impulsivas o a la desesperación del Laberinto del Cortoplacismo. Muy pocos de ellos lograron escapar sanos y salvos.
Pero ya no habrá más naufragios. No más expediciones fallidas. Hemos demostrado que Talentopía existe y ahora conocemos sus coordenadas. Los fundamentos de la gestión del talento no serán un misterio nunca más… Palabra de capitán.
José Enrique García – Director General de Equipo Humano – @JEGarciaLlop – joseenrique@equipohumano.com
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