¿Se ha convertido el teletrabajo en una de las claves de la fidelización del talento?
El contexto laboral no para de cambiar, y las personas cada día buscan más la calidad que la cantidad en sus trabajos, el salario sigue siendo el caballo ganador entre las exigencias de los empleados, pero cada vez más, otras propuestas relacionadas con la conciliación, el entorno y el bienestar van cogiendo fuerza.
La formación (52,3%), un ascenso (25,8%), flexibilidad horaria para poder conciliar (24,9%), salario en especie (18,7%), más días de vacaciones (12,9%), cambiar de jefe (4,4%) (Fuente: El periódico.com).
Pero… ¿qué pasa con el teletrabajo?, ¿qué opinión tiene la población española al respecto?
Según los datos, en contexto de normalidad, el 84% de la población española desearía teletrabajar, es el tercer porcentaje más elevado de la Unión Europea, solo por detrás de Finlandia y Suecia.
España era el país europeo con menor incidencia de teletrabajo antes de marzo de 2020. Tres de cada cuatro personas no habían trabajado a distancia antes de esa fecha.
El 32% de la población comienza a teletrabajar en 2020 por primera vez, siendo el décimo porcentaje más bajo de la Unión Europea.
A medida que las restricciones se levantan, el teletrabajo se reduce, en la primavera de 2021 en España se trabajaban 15 horas semanales a distancia. Portugal y Francia superaban esta cifra media en dos y tres horas, respectivamente.
Al comparar esta cifra con la jornada media semanal de trabajo (entre 35 y 45 horas en la mayoría de los países) se observa que el porcentaje medio de teletrabajo en España era del 35,6% en la primavera de 2021, es decir, menos de dos días a la semana.
Portugal, Francia, dos días y medio semanales, mientras que los países del Este se situaban en torno a un día.
Existe una necesidad en la población de aumentar la flexibilidad y capacidad de hacer un trabajo en línea que espera respuesta por parte de las personas empleadoras. El deseo de la población de ganar flexibilidad no siempre encuentra respuesta en quienes les contratan.
(Fuente: https://www.ontsi.es/)
Teletrabajo, ¿puedo trabajar desde cualquier lugar?
Llegados a este punto, es hora de plantearse el teletrabajo, así como que ventajas e inconvenientes encontramos en esta modalidad.
El teletrabajo, se puede definir como el acto de cumplir todas o una parte de las tareas fuera de las instalaciones de la empresa mediante la utilización de las TIC. De acuerdo con esto podemos distinguir distintos tipos de teletrabajo:
Home Office: el empleado trabaja desde el hogar.
- Oficinas satélites: el empleado trabaja desde otra locación de la empresa.
- Centros de Coworking: el empleado trabaja desde otra locación compartida por más de una organización y/o por freelances.
- Trabajadores móviles: el empleado trabaja una gran cantidad de horas tanto fuera del hogar como de la oficina. Por ejemplo: cuando está de viaje, haciendo trabajo de campo o en oficinas de terceros (clientes, proveedores, etc.).
En definitiva, el teletrabajo representa una verdadera transformación que va mucho más allá del “horario flexible” y debe ser adoptado como un cambio fundamental en la naturaleza del trabajo, lo cual hará necesaria una actualización tecnológica junto con una profunda reestructuración de la gestión y la cultura de la empresa.
Esto significa que tanto las organizaciones como los trabajadores deberán afrontar varios retos: el uso de otros canales de intercambio, la implementación de otras aplicaciones y herramientas, el cambio en la comunicación y el manejo remoto tanto de los equipos de trabajo como de los colaboradores.
Trabajo a distancia, la clave para la fidelización del talento:
El teletrabajo representa una valiosa herramienta para hacer frente a diversos tipos de problemas: el cuidado del medio ambiente, la búsqueda de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el aumento de la flexibilidad y la necesidad de dar una respuesta rápida a las oportunidades que se presentan en la nueva economía global.
Adicionalmente, frente a la inesperada pandemia que nos golpea, también surge como una de las opciones para respetar el distanciamiento social sin perder productividad.
Estos son algunos de los beneficios del teletrabajo:
- Mayor productividad. Trabajar de forma remota implica más tiempo de trabajo efectivo. Además, reduce significativamente el ausentismo y la continuidad de la operación no se ve afectada por eventos climáticos, de tránsito o de fuerza mayor.
- Atracción y retención de talentos. Las empresas pueden contratar a la persona más adecuada para el trabajo, independientemente de su ubicación geográfica.
- Reducción de los requerimientos de espacio físico. La reducción de la superficie necesaria es una de las mayores consecuencias de esta modalidad laboral, la cual puede llegar a alcanzar valores de hasta un 40% con el consiguiente ahorro en los costos de alquiler, operación y mantenimiento.
- Ahorro de viáticos. Las empresas pueden evitar gastos innecesarios en viajes utilizando las nuevas tecnologías que permiten realizar videoconferencias en tiempo real.
- Disminución de gastos. Al empleado le permite disminuir no solamente los costos de traslado sino también los de vestimenta, comida, etc., con lo cual aumenta el salario real.
- Mayor flexibilidad. Los teletrabajadores tienen una mayor dosis de flexibilidad en la determinación de sus propios horarios y esquemas de trabajo.
- Menos estrés. Al reducirse el desplazamiento diario desde y hacia la oficina se ahorran muchas horas de viaje que el trabajador puede destinar a las actividades sociales, al aprendizaje y también a la vida privada.
- Sustentabilidad. La reducción de los desplazamientos diarios tiene un impacto positivo sobre el medio ambiente ya que disminuye el tráfico vehicular, la contaminación del aire y el consumo de energía.
- Inclusión. El teletrabajo promueve la inclusión social de mujeres con hijos pequeños, personas con familiares a cargo y discapacitados. Con respecto a los efectos negativos que puede tener el teletrabajo estas son algunas de las consecuencias:
- Desvinculación emocional del empleado con la compañía al no recibir la información de contexto que nos hace sentir partícipes de su evolución.
- Dificultad para hacer el trabajo en equipo, cuando estás muy acostumbrado al contacto personal, no sabes cómo realizar estas actividades y relaciones con el nuevo entorno.
- Aislamiento por la disminución de las relaciones con el resto de la compañía.
- Descenso de la productividad al coincidir diversas personas e incluso los hijos a los que atender, que impiden la total concentración en la actividad laboral.
- Reducción del aprendizaje que nos proporciona el contacto con los demás y observar lo que hacen y que nos insta a preguntarles cómo lo hacen.
- Baja autoestima y motivación: El no recibir realimentación de tu trabajo excepto de tu jefe directo, provoca cierta incertidumbre en cómo se percibe tu trabajo y genera inquietud laboral.
- Síndrome «siempre trabajando«, típicamente asociado al médico, consiste en la no separación mental de las horas de trabajo y de las de ocio por suceder en la misma ubicación, lo que disminuye la calidad del descanso.
- Mala ergonomía debido a la que altura de la mesa y seguramente el tipo de silla que usas no es el más adecuado. ¿Buena iluminación? ¿Y dónde tienes apoyado el portátil? ¿Tienes la pantalla a la altura de la cabeza? … En nuestro entorno laboral hay personas dedicadas a vigilar que todo sea lo más correcto posible, pero en casa no las tenemos.
En resumen, el teletrabajo puede ser un componente clave para retener el talento al proporcionar un entorno de trabajo flexible y personalizado que promueve el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, reduce el estrés, brinda autonomía y fomenta el desarrollo profesional.